A Eru le pareció extraño que la lluvia alterara la circulación de chakra del mercader, así como el hecho que esta hiciera interferencia con su propia visión. No debería de suceder, así que se preparó por lo que pudiera suceder. Estar en alerta era la mejor opción, aún sin saber lo que pudiera ocurrir. Bajo su lema de "mirar con atención pero no con devoción", que significa que Eru prefiere mirar atentamente sin fijar la vista en un solo punto (pues el fijar la vista en un solo punto hace que el cerebro esté demasiado pendiente y reduce la velocidad de reacción), siguió observando la situación a medida que se acercaba. Siempre poco a poco, andando hacia el mercader, aunque sin situarse a la vista.
Pronto, otra persona hizo acto de presencia, aunque por el momento se limitó a hablar con el mercader. La chica Hyuuga no estaba suficientemente cerca como para ver cómo era el ninja (asumió que lo era por la cantidad de chakra de la que disponía), ni tampoco de qué villa era. Habría que esperar a que hiciera algo, aunque por ese entonces, las cosas podrían ponerse peligrosas para el mercader y, por ende, para ella misma.