Por fin llegué después de cruzar parte del basto desierto de ese país que mas bien parecía un horno, en la puerta no habían los guardias *Supongo que estarán haciendo el cambio de turno* así que entre en la aldea para encontrarme con el Kazekage.
Me encontraba en las calles principales mientras buscaba el majestuoso palacio del líder de los hogareños. El viento levantaba un poco de arena aunque su fuerza no era muy fuerte y apenas la arena llegaba a golpear a los tobillos