Despacho del Shodaime Amekage Momochi Edward

Entro dudosa en el despacho, con lágrimas en los ojos.

** Esto será muy dificil... **

Acababa de llegar a la villa y lo último que esperaba era ocupar este asiento. Después de apartar mi equipaje a un lado me dejé caer en el asiento, abrazada a una pequeña bolsa negra.

** Supongo que pronto, algún shinobi vendrá a verme...**

** Es la hora... **

Sin avisar a nadie salté por la ventana, dirección al camino de entrada a la villa.

De camino al despacho guarde el bote en el interior de la tunica mientras me limpiaba las manos con un pañuelo.

-Este sera nuestro secreto querida-

Cogi mi bandana con una mano y con la otra el kunay rajandolo de lado a lado, me había convertido en renegado de la hoja y ahora vagaria por el mundo en busca del poder

*Lo siento Brigitte, pero este es mi destino. Siempre tendrás tu rinconcito en mi corazón*

Una vez en el despacho me puse cómoda, ya que aun tenía allí las maletas. Siendo bastante descarada me cambié ante él.

-- ¿No me preguntarás nada sobre la tiara?

-Supongo que te la habrás quedado, por cierto menudo bellezón estas hecha- dije guiñandole el ojo

La tiara.. todo esto empezo por esa absurda corona pero gracias a ella obtendria el gran poder de los Uchiha asi que debia estarle agradecido

-Siento curiosidad en saber donde esta, no puedo negarlo. ¿Donde la tienes?-

*Quizás deberia hacerle un ultimo favor a Brigitte y devolverle la maldita tiara*

- Qué irónico resulta todo... Tantas veces me has besado que al final acabas llamandome bellezón como si fuera la primera vez que nos vieramos. Tal vez necesites que me nombren Brigitte para que tu corazón sienta amor o pasión, estoy segura de que si un último cambio se hubiera realizado, todo sería muy distinto... No sé si ofenderme por que no me recuerdes o besarte, para que tu memoria vuelva a sentir mis labios como algo familiar.

Me giré hacia la ventana observando cómo la lluvia caía lentamente sobre la villa.

- No puedo darte algo tan preciado para mi. No es una simple Tiara. ¿Acaso nos crees tan estúpidas cómo para iniciar una guerra por una simple diadema...? Esta fue la diadema de nuestra madre... o eso fue lo que me contó mi criador. Al parecer algo mora dentro de esta Tiara, una fuerza dificil de igualar... la que consiga este poder tendrá la fuerza necesaria para destruir el mundo. ¿De verdad crees que te dejaría tocarla? Nadie que no tenga mi total confianza sabrá de su existencia. A ti debería matarte por conocerla, pero seguramente el corazón de Brigitte no lo soportaría.

Obito escuchaba atentamente lo que decia acerca lo de la diadema, la curiosidad le corroia por dentro y necesitaba respuestas. Habían pasado demasiadas cosas por culpa de esa maldita tiara

-¿Poderes especiales? ¿que clase de poderes? aunque no tienes que temer por mi... no soy tan avaricioso-

Tome asiento mientras me relajaba un pocomoviendo con la mano en flequillo que caia delante de mis ojos

-Esa diadema significa mucho para Brigitte y por lo que veo, para ti también, así que no pretendo hacer mal uso de ella ni quedarmela-

Empezé a dar vueltas a lo que dijo acerca de mi posible relación amorosa con la Amekage

*Realmente tuve una relación con esta chica? no soy capaz de recordarlo*

-Y otra cosa.. no recuerda nada de nuestro pasado, quiero decir.. entre tu y yo.. ¿que hemos tenido nosotros, y.. porque se acabo?-

-- No temo por tu avaricia, temo por tu vida. La codia sobre esta tiara podría pagarse con tu propia vida.

Continúe mirando por la ventana, nostalgica... hasta que le preguntas por ambos y se gira para mirarte amargamente.

-- Yo soy Brigitte y Brigitte soy yo, somos dos clones físicamente y dos opuestas si miras más allá... Madre decía que cada una de nosotras era un lado del espejo. De pequeñas solo existía una de nosotras y ambas vivíamos la misma vida, eramos intercambiadas la una por la otra cada tres luna llena. Hasta el momento en el que madre decidió quién debería vivir y quién tendría el valor de desatar la tiara. Mi criador no pudo matarme y es por eso que volvemos a vernos.

*¿Que tu eres Brigitte? ¿Que clase de broma pesada es esta?*

-Entonces.. si tu eres Brigitte supongo que le notificaras a la Hokage que he abandonado la villa y entonces seré perseguido-

Un rostro triste se formo en mi cara mientras pensaba en las muchas cosas que viví al lado de la que ahora era la Hokage sabiendo que todo eso ya tenia un final escrito lo cual no dejaba de golpearme en lo mas profundo del corazón pudiendo sentir el mas absoluto de los dolores

-Enfin.. supongo que me lo he buscado. Pero ahora.. dame esa tiara y yo se la devolveré a Brigitte, quiero decir.. la Hokage. Tengo que hacer este ultimo favor por ella- suspire ondo aun rebuscando en mis pensamientos la melanconia que me provocaba pensar en Brigitte -¿Y que pasa con el medico?-

Una dulce sonrisa se dibujó en la cara de Eilin, antes de que esta continuara hablando.

-- Yo no soy Brigitte, ella es aquella que conoces como Hokage. Brigitte y yo somos clones de una misma persona. El bebé que madre tuvo murió y padré lo clonó en dos pequeñas idénticas, pero educadas de formas totalmente distintas con el fin de que solo una sobreviviera. Supongo... que es complejo de entender...

suspiró antes de continuar.

-- No te daré la tiara, si de verdad la quieres tendrás que matarme. En el hospital te atenderán, diles que vas de mi parte y así pondrán ante ti a los mejores médicos.

Obito se levanta de la silla errando los puños mientras observa a la chica compasivo

-Suerte en el futuro, Amekage-sama. El peso que llevas no quisiera tenerlo yo. Nos veremos algun dia-

Me gire en dirección a la salida para dirigirme al hospital de la villa

*Vamos a ver que me deparan estos nuevos ojos*

Sali del campo de entrenamiento airosa despues de mi sesión de ninjutsu elemental, asi que queria probarlo y no se me ocurrio nada mejor que irme de misión. Y así lo hice me fui directa a la mansión de la amekage aunque no queria encontrarme a la Amekage sino a Siam

*¿Te imaginas? los dos juntos de misión el uno protegiendo al otro.. seria genial*

Así que entre en la mansión cruce el pasillo hasta el final e hice sonar la puerta un par de veces con dureza

-Soy Uzumaki Naomi, solicito permiso para pasar-

Eilin levantó la mirada con una sonrisa que disimulaba bastante tristeza.

-- Anda, que chica más mona. Adelante, adelante. ¿Qué deseas?

Entre en el despacho cuando una voz femenina me permitió entrar en la sala asi que me coloque unos metros delante de la mujer haciendo una reverencia

-Saludos Amekage-sama- dije en un tono agradable -Me presento como kunoichi de la lluvia, soy Uzumaki Naomi, y estoy a sus ordenes. Quisiera saber si tiene alguna misión para mi-

*Tanto formalismo.. un dia de estos te sacare los buenos modales por las malas niñata*

Nunca antes habia oido esa voz dentro de mi lo cual hizo abrirme los ojos sorprendida aunque manteniendo la compostura

*¿Que ha sido eso? Bueno ahora no hay tiempo para eso*

Eilin se acerca a ti con una sonrisa burlona, levanta tu mano y te hace girar sobre ti misma, mirándote con cierta lascivia.

-- Tienes una bonita cara angelical, hubieras sido una buena sacerdotisa. ¿Cómo anda tu castidad?

Se acerca aun más a ti y huele tu pelo.

-- Ve a su despacho, él se encargará de las misiones durante un tiempo, yo tengo que hacer un viaje. Hablaremos de tu ingreso más tarde

Te deja sola en el despacho y sale del él apresuradamente. Justo cuando pasa por tu lado te mira de reojo, con cierta sensualidad.

*Parece que es tu dia de suerte niña*

Naomi se sonroja por el hecho de tener que ir a ver a su amado de nuevo pero a la vez sonrie de pura emoción

-Eso haré, la estare esperando Amekage-sama-

Un ave mensajera llego hasta el despacho del Kage con una nota en su patita, esperando a que abriera.

Mensaje:

Camine rápido, ya estaba demasiado mojada así que entre rápidamente a la mansión y seguí las indicaciones hasta el despacho del Amekage, una vez allí entré y salude al que estuviera allí dentro esperando que fuese el amekage

-Saludos señor amekage, soy Uzumaki Naomi, y vengo a entregarle una carta de la Mizukage- dije mientras me metí la mano en el bolsillo para coger la última de las cartas a repartir

Entré en el despacho apresurado, mirando a todos lados sin reparar en la chica que había entrado justo antes que yo. Justo antes de sentarme di un pequeño salto, colocando las piernas sobre la mesa. Al escuchar a la chica me sobresalto y me incorporo para mirar sonriente, inquietantemente sonriente.

-- Encantado de conocerle señorita, le importaría cantarme la carta...??? s

*C-Cantar?! ni de coña... que vergüenza*

Coloque la carta encima de la mesa para después deirigirle unas palabras a ese tipo -Yo tengo la garganta algo irritada pero conozco alguien que podrá cantar por mi- me mordí mi dedo pulgar y después de realizar unos pocos sellos una nube de humo se apodero del despacho

Gamakichi y Gamatatsu:

Dos sapos aparecieron en el lugar -¿Que? ¿Otra vez Naomi-chan? eres muy pesada..- dijeron ambos animales al unisono mientras Naomi se acercaba a ellas -Relajaos vale... ¿Veies la carta encima del escritorio? quiero que la canteis para el amekage- dije mientras levantaba la vista hacía el hombre que estaba sentado en una pose burlesca

-Supongo que no podemos negarnos... al fin y al cabo hicimos un pacto. Tsk.. esta bien esta bien- Y ambos sapos cantaron al unisono desafinando como nadie podría imaginarse, Naomi sabía que el amekage no quedaría deleitado pero al fin y al cabo es lo que pidió.

-Bueno, ¿Necesita algo mas? Debería volver a mi aldea..-

Mira cara era un poema, yo sólo había pedido un rap sencillito y la chica me había sacado un par de ranillas.

-- hola señoras ranas, si yo fuera vosotras le daría una paliza a la señorita, por haceros cosas feas.


Recogí mi mesa haciendola aparentar aun más desorden y me dispuse a salir de la sala.

-- Le acompañaré a su poblado, si acambio, por el camino nos desviamos y hablamos... de negocios.

*Que tipo mas raro... como si no supiera volver a casa*

Me quedo mirando a aquel tipo con cierta curiosidad -Negocios eh.. ¿de que clase de negocios? Solo soy una simple chuunin- me coloco al lado de mis ranas -Estos son Gamakichi y Gamatatsu, y son adorables. Incluso mas que tu- dije mientras sacaba la lengua tratando de sacar hierro en el asunto

Ambas ranas se sentían raras ante tal situación y como de costumbre trataron de huir a modo de cobardía -Esto.. Naomi-chan, Queremos volver al monte ¿Necesitas algo mas?- Me las miré de reojo para dejarlas marchar -Esta bien, ya no os necesito mas, por ahora... ya os llamaré cuando os necesite-

-Y bien, señor Amekage, ¿De que se trata?-

Después de dar un par de pasos a tu alrededor termino quedandome quieto frente a ti, mirándote fijamente.

-- No me gusta hablar de negocios sin una buena comida o sin una buena copa de vino... Nos dirijimos hacia Kumogakure.

sin más comencé a andar hacia la puerta.

-- No me gusta negociar con altos cargos, todos me caen gordos, pero necesito amigos en todos los lugares ¿Querrás ser mi amiga, bella dama?

-¿Kumogakure? Que se supone que haremos allí... por si lo sabías yo soy de Kirigakure- dije mientras señalaba la bandana de mi cabeza, y mientras él avanzaba hasta la puerta le fui siguiendo -¿Nos gusta vivir bien eh? vale pero invitas tu-

No dejaba de repasar de arriba a abajo a ese tipo curioso, parecía que tenia debilidad por las mujeres, aunque conmigo lo tenía crudo

-Bueno, vamonos ya. Quiero volver a mi aldea natal pronto..-

OFF: Perdon por el mierda post pero no estoy nada inspirado esta noche xDD